
La distribución de los seres vivos es el
resultado de la evolución biológica y de la dispersión de las estirpes, de la
evolución climática global y regional, y de la evolución de la distribución de
tierras y mares, debida sobre todo a los avatares de la orogénesis y la deriva
continental. La biogeografía es una ciencia histórica, es decir, que se ocupa
del estudio de sistemas cuya evolución ha seguido una trayectoria única, que
debe estudiarse en concreto, no pudiendo obtenerse su conocimiento deductivamente
a partir de principios generales. En particular, los seres vivos presentes en
una región no pueden deducirse de los factores geográficos, sino que deben ser
examinados empíricamente.
La superficie de la Tierra no es
uniforme, no se dan las mismas condiciones en diferentes lugares. La primera
distinción, y fundamental, es entre el medio acuático y el medio aéreo o
terrestre. En ambos casos un primer factor fundamental es la disponibilidad de
energía primaria, la que entra en el ecosistema por los productores primarios,
que es generalmente luz solar. La distribución de este factor sigue un
gradiente latitudinal, en el que la energía y la temperatura son máximas en las
regiones ecuatoriales y disminuyen en dirección a las polares. Varía a la vez la
estacionalidad, que se va haciendo más marcada cuanto más nos alejamos del
ecuador.
En ambientes terrestres el segundo gran factor es la distribución de
las precipitaciones, o más bien del balance entre precipitaciones y
evapotranspiración, con una franja intertropical y dos templadas caracterizadas
por la máxima humedad. En los océanos el segundo gran factor es la distribución
de nutrientes, muy desigual, con ecosistemas más productivos y diversos en
aguas relativamente frías, pero abonadas por afloramientos de nutrientes desde
el fondo.
La biogeografía no estudia sólo la
distribución de especies y taxones de categoría superior, sus áreas, de lo que
se ocupa la especialidad llamada corología, sino también de la distribución de
ecosistemas y biomas. Aunque la realidad es siempre compleja, la ciencia debe
realizar operaciones de simplificación para hacerla accesible al estudio y,
sobre todo, para lograr descripciones útiles. Para la biogeografía la tarea es
definir áreas relativamente homogéneas y distintas de las circundantes, que
estén caracterizadas por valores más o menos uniformes de los factores, y por
una biota y unos ecosistemas igualmente homogéneos. Estas áreas, más o menos
idealizadas, son susceptibles de ser presentadas cartográficamente. Por otra
parte el estudio geográfico de la diversidad ambiental y ecológica debe
contemplar las diferencias de escala; puesto que el área que en un mapa
continental se presenta homogénea, por ejemplo como bosque mediterráneo, es en
realidad a una escala inferior un mosaico de situaciones, con ambientes
especiales como bosques de galería, en las orillas de los ríos, o saladares en
cuencas endorreicas salinizadas; o diferencias debidas un relieve marcado, como
la que hay entre solanas (en las laderas que miran al ecuador) y umbrías (en
las opuestas).
La biogeografía tiene que tener en
cuenta, para la interpretación de su objeto de estudio, el factor humano. La
humanidad ha alterado significativamente los ambientes terrestres, y ahora
también los oceánicos, desde el Paleolítico Superior, desde el final del último
período glacial. Ya antes de la actual explosión demográfica e industrial, era
imposible encontrar en los continentes un sólo rincón que no guardara memoria
de la alteración humana, si bien la conciencia de este hecho es reciente.
Actualmente es ya muy pequeña la proporción de áreas que merezcan ser llamadas
naturales, y lo que encontramos en su lugar son ambientes antropizados en
diverso grado.
Biogeografía
ecológica e histórica:
A la biogeografía se le ha dividido en
dos ramas, la conocida como la biogeografía histórica y la biogeografía
ecológica. La biogeografía ecológica estudia la biodiversidad en el tiempo y el
espacio, y cada una de estas ramas se apoya más en uno de estos elementos, la
biogeografía histórica se enfoca más en el tiempo, buscando como se fueron
dando las distribuciones de especies hasta su estado actual. La biogeografía
ecológica usando técnicas, como la teoría de la tolerancia ecológica, se basa
más en la distribución espacial de los seres vivos en el momento actual.
Algunos consideran a estas dos ramas irreconciliables, sin embargo cada una es
el complemento de la otra.
Historia
de la biogeografía
La primera pregunta que nos plantea la
historia de esta disciplina es en qué medida la religión influyó o continúa
influyendo en las ideas que en ella se han planteado. Desde un punto de vista,
la idea de un centro de creación de las especies y a partir de ahí su
dispersión al resto del planeta fue el eje de las primeras ideas sobre la
distribución de los seres vivos, pero aún cuando aparentemente esas ideas
quedaron atrás con la aparición de los naturalistas, se tenía una noción de que
el eje principal de la distribución era la dispersión, la idea estaba influida
indirectamente por las ideas religiosas y filosóficas.
No fue sino hasta la introducción de las
ideas vicariancistas de Alfred Russel Wallace en el siglo XIX cuando el enfoque
empezó a cambiar verdaderamente. Es en ese punto donde se marca una nueva etapa
en la historia de la biogeografía, acompañada por el nuevo paradigma de la
biología, la teoría de la evolución, aunque algunos autores ya habían planteado
ideas evolucionistas antes que Darwin, pero sin haberlas concretado o solo como
ejemplos aislados. Y sin duda la evolución cambió a la biogeografía como cambió
a todas las demás ramas de la biología. “La biogeografía de Darwin y Wallace
predominaría por casi un siglo, aniquilando la idea de la dispersión en esta
ciencia y circunscribiéndola básicamente a aspectos ecológicos” El fin de la
llamada biogeografía Darwinista termina en la etapa de la biogeografía
contemporánea, donde se buscan los factores que anteriormente se dejaban como
productos del azar, además como en todas las ciencias, se ven cambiadas por el
desarrollo tecnológico y del pensamiento, en este caso se toma en cuenta la
teoría tectónica de placas, se tiene la tecnología para el análisis
filogenético, y se rechazan algunas teorías que se consideran obsoletas. Es
para la biogeografía una revolución científica, que conlleva a un cambio de
paradigma. Los resultados son, numerosos enfoques distintos, basados en
diferentes criterios de búsqueda y análisis. Entre los que destacan la panbiogeografía
y la biogeografía cladista. Esta última basa su método en tres pilares: el
método cladista, la tectónica de placas, y la crítica al modelo dispersionista
hecha por León Croizat y se considera una de las principales escuelas actuales
de la biogeografía histórica. En parte por el impacto que ha tenido el cladismo
en la sistemática, la cual está íntimamente relacionada con la biogeografía, ya
que incluso son áreas de los mismos autores.
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